jueves, 4 de noviembre de 2010

Autorretrato


Añañuca arrancada del desierto más árido del mundo, el cual en su aparente imagen yerma, grita vida desde las entrañas. Tus lágrimas se transforman en semillas que luego brotarán como historias. En tu calidez desértica intentas cobijarlo todo, pero tus mantos rojizos se agrietan. Añoras el día en el florezcas una vez más en tu olvidado desierto; sólo allí el sol taladra la piel y el silencio polvoriento da la bienvenida.

1 comentario:

  1. Un autoretrato singular, aunque quizá sea necesaria una interpretación jejeje Saludos

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