martes, 6 de abril de 2010

Ti voglio bene, F.

Siento que tengo mucho que decirte, y a la vez nada. Porque todo te lo he dicho alguna vez, y si no, yo sé que lo sabes igual. A veces tanta palabrería está demás... Y nos conocemos tan bien que quizás las palabras sobren, pero es mejor que te escriba igual, para quedarme un poco más tranquila.
Es paradójico, porque cuando pienso en ti muchas cosas se vienen a mi mente, pero en este momento están como atascadas... Debe ser porque son muchas ideas a la vez. Tu sabes lo importante que fuiste y eres en mi vida. Y me asusta que lo olvides. Muchas veces hablé contigo y sentía eso... Que lo habías olvidado, y sentía tristeza. Podrás reprocharme, como más de alguna vez lo has hecho, que yo tb me he olvidado de ti en más de alguna ocasión, que he hecho cosas sin pensar en tí... Pero eso no es cierto. Nunca he podido sacarte de mi mente, NUNCA. Porque en estos años he tenido la oportunidad de conocer personas, pero la verdad es que nadie te puede superar, pues ninguno de ellos ha estado ni siquiera cerca de poseer tus valores e ideales. Con nadie he logrado el nivel de confianza y complicidad que alguna vez tuvimos. Claramente no es tu caso, sin embargo, sólo te pido que no olvides mis palabras.
Fuiste el primer hombre en mi vida, y lo más probable, es que seas el único al que recuerde. Pues los momentos que viví contigo siempre los atesoraré en mi mente, incluso los amargos, porque han sido los únicos en los que sentí amor profundo por alguien que no fuese parte de mi familia o amigos.
Hace poco me dijiste que el verdadero amor era ese que se quedaba contigo... No creo que sea así. Puede suceder como no. Porque el amor no termina necesariamente en un final feliz, las parejas que más se quisieron no siempre terminan juntas... Porque la vida es así, injusta, inexacta, a veces cruel.
Estoy triste porque te vas, porque no te veré al menos por mucho tiempo más. Tb porque aún no asumo del todo que todo lo que fue, nunca volverá, pero aún así, intento respetarlo. La línea 5 siempre me recordará a tí, cuando me subía en baquedano los domingos en la tarde para verte, los quequitos de canela que vendían en el mall, las idas al cine. En verdad fuiste el mejor anfitrión en la capital que una huasita pudo tener.
Me gustaría pedirte 2 cosas. Que disculpes mis errores del pasado, me gustaría que comprendieras que si me equivoqué fue por inmadurez, era chica e inexperta; y como te dije hace poco, hay muchas cosas de mi crecimiento de las que te has perdido por razones obvias. Y por último, no me olvides. Ni cuando vivas en Italia y seas un hombre pleno, totalmente en su ambiente; ni cuando vuelvas a Chile, así sea por unos días, o en las condiciones que sea, yo siempre te estaré esperando.
Ayer y hoy sólo quería abrazarte, aún. Pero reconozco que habría sido una lata ponerme a llorar. Te imagino incómodo, sin saber muy bien que hacer.
Día a día me han pasado tantas cosas... Anécdotas, alegrías, frustraciones, he encontrado nuevos intereses, he conocido a gente muy buena tb.. Y todo eso me hubiese gustado compartirlo contigo, como antes, pero tengo claros mis límites, y sé que no correspondía tomar el teléfono y contarte las cosas que me pasaban. Muchas veces he sentido que me has hecho falta... Te he extrañado demasiado. Y supongo que lo seguiré haciendo.
Un abrazo grande. Te quiero mucho.
Buen viaje...

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